No sólo los océanos (donde los vórtices de plástico se han convertido en un problema ambiental cada vez más difícil de solucionar), sino también en los grandes lagos del planeta se acumulan desechos plásticos. Así se demuestra en un estudio elaborado por investigadores alemanes que han descubierto una cantidad excesivamente alta de partículas de plástico en el lago de Garda, el mayor lago italiano.

El estudio ha sido dirigido por Christian Laforsch, de la Universidad de Bayreuth, y Reihard Niessner, de la Universidad Técnica de Munich. Los investigadores esperaban encontrar bajos niveles de contaminación en el lago, ya que se encuentra cerca de los Alpes y los arroyos que bajan desde las montañas depositan agua cristalina.

Las partículas de plástico encontradas son minúsculas, pero los peces de pequeño tamaño, los gusanos y los invertebrados pueden ingerir esos fragmentos de plástico (pueden medir unos cinco milímetros de diámetro), confundiéndolos con comida. De este modo, aumenta el riesgo de que materiales tóxicos lleguen a la cadena alimenticia humana.

Se han encontrado restos de plástico en gusanos, caracoles, mejillones, pequeños crustáceos y pulgas de agua que viven en el lago. Estas últimas son una fuente de alimento fundamental para los peces. Así, materiales sintéticos tóxicos, como el poliestireno y el polietileno pueden llegar al pescado fresco servido en los restaurantes locales.

El pescado de los restaurantes locales, contaminado

Los investigadores no quieren ser alarmistas. De momento, nadie va a morir por comer un pescado, pero sí quieren que sirva como toque de atención. El problema grave está en la contaminación de los océanos.
Esto ocurre en un lago que se encuentra en medio de la naturaleza. Así, los ecosistemas de agua dulce cerca de zonas urbanas e industriales pueden estar aún más afectados por la contaminación de este tipo de residuos, ya que tardan años o décadas en degradarse por completo de forma natural.