Doble desastre: matan delfines para cazar tiburones. Ocurre en la costa de Perú, en el mar de Grau, donde, cada año, se llegan a matar hasta 15.000 delfines. Los pescadores buscan sangre, literalmente, no como objetivo principal, sino para que les sirva de carnaza y engañar así a los tiburones. Cuando éstos llegan atraídos por la trampa, les cortan las aletas, la parte más cotizada. Así lo denuncia la ONG Mundo Azul.

Además de los delfines que se matan para usar de carnaza, hay otros mil o dos mil que se usan para consumir. En cualquier caso, la práctica es ilegal. Los mismos que venden las aletas de tiburón, una práctica, no sólo ilegal, sino también cruel, venden en el mercado negro la carne de los delfines.

La ONG ha logrado grabar imágenes donde se ve cómo los pescadores cazan delfines y los matan sin que ningún tipo de autoridad controle la zona. Los delfines son una especie protegida en Perú desde 1996. No se pueden cazar ni mucho menos extraer su carne, procesarla o venderla.

En las imágenes (nada agradables, por lo demás; al final del artículo se puede ver el vídeo, pero no se lo recomendamos a las personas que sean especialmente sensibles) se puede ver cómo capturan a un delfín clavándole un arpón y lo suben al barco mientras aletea, aún vivo. El animal es golpeado hasta que muere desangrado en la cubierta. Después, los pescadores lo despellejan y guardan parte de su carne, su grasa y sus órganos internos. Por último, lanzan el esqueleto al mar.

Con total impunidad

Los pescadores saben que los tiburones azules se sienten muy atraídos por los delfines. Así, elaboran la carnaza añadiendo sangre de delfín a otros peces y moluscos. Este tipo de caza, se realiza en algunos puertos de Lima, Chimbote, Ilo y Palpa. Los pescadores saben que, en mar abierto, nadie les va a ver ni denunciar ni atrapar.

El Ministerio de la Producción, que se ocupa de la pesca, ha prometido adoptar medidas para que no se produzca la caza ilegal de delfines y tiburones. El Instituto del Mar del Perú (Imarpe) va a analizar la situación. En último caso, se podría llegar a prohibir temporalmente la pesca y comercialización de tiburón, ya que es la causa de la caza de delfines.

Dejamos el vídeo e insistimos: las imágenes pueden herir la sensibilidad.
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