Si pensamos en la alimentación de los conejos, automáticamente se nos viene a la cabeza la zanahoria como la reina de la dieta de estos animales. No en vano, multitud de películas y dibujos animados representan a estas mascotas comiendo zanahoria, y por ello solemos dar prevalencia a esta hortaliza a la hora de alimentar a nuestro conejo.

Sin embargo, si queremos darle una correcta alimentación, en la que no exista carencia de vitaminas ni minerales, existe un componente aún más importante para estos animales y que deberemos asegurarnos de que nunca falte en su dieta. Este alimento es el heno.

Beneficios

Además de sus propiedades alimenticias, el consumo de heno por el conejo es bueno para sus dientes, y ayuda a desgastar sus incisivos que, como sabemos, crecen continuamente. Además, tiene mucha fibra y por ello contribuye a mantener su salud gastrointestinal.

Para que conserve todo su valor nutritivo, es necesario que coloquemos, cada día, varios puñados de heno limpio y fresco y retirar de la jaula el que ya esté seco o lleve varios días.
Deberemos disponer de un comedero aparte para colocar el heno, y no dejarlo en el fondo de la jaula, donde puede entrar en contacto con los deshechos del animal. Si el animal se termina su razón de heno, deberemos ponerle más, y asegurarnos de que nunca le falta.

Conservación

Es importante que, en casa conservemos los saquitos que adquiramos de heno en un lugar fresco y seco, evitando que les dé directamente la luz del sol y siempre conservando el embalaje original.

Clases de heno

Existen diferentes variedades, como heno de pasto, de avena, de alfalfa o de otros vegetales. Lo mejor es variar los diferentes tipo de heno que proporcionamos al animal, ya que las propiedades nutritivas de los mismos difieren y, de este modo, conseguiremos que el sabor no le resulte monótono a nuestra mascota.