El cambio climático afectará de muy distinta manera a los diferentes ecosistemas. Aunque hay una serie de efectos generales que se repiten o agudizan, por ejemplo los que se engloban en el término conocido como eventos extremos (sequías, indundaciones, tormentas, olas de calor, incendios, etc.), cada lugar requerirá de una estrategia adaptada a sus necesidades concretas para hacerle frente.

En estos requerimientos específicos se ha centrado el trabajo de un equipo de investigadores liderado por el CSIC, donde se exponen los retos que supondrá el avance del cambio climático en muy diversos ecosistemas. en concreto, se han analizado 15 modelos climáticos elaborados por el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC).

Publicado en la revista Science, el trabajo advierte de la necesidad de responder de forma particular ante los cambios en la temperatura y las precipitaciones, con el fin de intentar paliar las consecuencias negativas de estas alteraciones, tanto de cara a un ecosistema más hostil para la vida del ser humano como para la supervivencia a largo plazo de las especies.

Las mil caras del cambio climático

Preservar la biodiversidad y los ecosistemas de los efectos del cambio climático, por lo tanto, requiere de un estudio importante, de un gran conocimiento de sus implicaciones en uno u otro ecosistema. Sólo así se podrían establecer planes de actuación eficaces.


El calentamiento global se combate a nivel regional, en suma, al margen de que recortar emisiones sea la mejor manera de frenarlo. Raquel García, investigadora del CSIC, nos pone un ejemplo sobre la importancia de tener en cuenta los cambios que se producen en unas u otras áreas del planeta:
Entre otras cosas, el calentamiento extremo y las sequías afectarán principalmente la biodiversidad de los trópicos, mientras que las especies polares y de climas fríos verán cómo se reducen los hábitats a los que están adaptadas.