La ailurofobia es el miedo a los gatos, y sí, aunque pueda parecer extraño, hay personas que tienen miedo/fobia a estos animales. Se refiere a lo que realmente es una fobia, no a que simplemente a una persona no le gusten los gatos, hay que saber diferenciar bien una cosa de otra. Una fobia es un miedo incontrolable y paralizante que puede llegar a provocar incluso un ataque de ansiedad o trastornos más serios.
Hace varios siglos, la ailurofobia era mucho más frecuente que ahora, especialmente porque en aquella época, los gatos no eran tan apacibles como ahora. Daban muy mala suerte y se relacionaban con las brujas, y personalidades tan importantes en la historia como Napoleón, Genghis Khan o Julio César tenían esta fobia.

¿Se puede curar?

En primer lugar, hay que dejar bien claro que no se puede obligar a nadie a tratarse de esta fobia, y mucho menos ponerle un gato cerca para que se acostumbre. Eso tiene el efecto contrario, y es que esa persona le cogerá mucho más miedo. La aliurofobia no es un capricho ni una tontería, es una fobia, y como tal debe tratarse sin forzar a quien la padece a que lo haga cuanto antes.


Como casi cualquier otra fobia, es curable, pero siempre y cuando la persona que la sufra quiera hacerlo. Lo primero que hay que hacer es identificar su origen, lo cual no suele ser fácil ya que puede ser un trauma de la infancia que permanece encerrado, o bien cualquier mala experiencia con un gato. Se debe seguir un tratamiento que te debe recomendar un profesional experto en la materia, que suele ser uno que se dedique a las fobias con animales.