¿Tu perra está embarazada? Pues debes saber que hay pocas etapas en la vida de una perra tan exigentes como la que está vivienda en estos momentos.

La gestación provoca cambios importantes en el cuerpo del animal y los cachorros que crecen en el vientre materno necesitan cada vez más nutrientes, por lo que la perra preñada requiere una alimentación con aporte extra de proteínas y mucha energía. Te damos las claves de la alimentación de la perra embarazada a continuación.

Embarazo

Durante las dos primeras semanas los cambios que experimenta el animal no son visibles y su alimentación ha de ser la habitual. Sin embargo, a partir de la tercera semana comienzan las nauseas, lo que explica que la perra pueda perder el apetito. Por eso, es importante darle al animal pequeñas raciones de forma repetida a lo largo del día. Si la perra sigue sin comer, deberás consultar con el veterinario. Más tarde, a partir de la quinta semana, la ingesta de comida debe aumentar al ritmo que lo hacen los pequeños: la perra necesita proteínas extra y mucha energía. En su novena semana, el alimento que requerirá la perra será alrededor de una cuarta parte más de lo que comía antes del embarazo.

Algunos especialistas recomiendan dar a la madre comida de cachorros durante esta etapa, ya que tiene muchas proteínas y da a la perra y a los cachorros toda la energía que necesitan.

Lactancia

Tras el parto llega otra difícil etapa para la perra, la lactancia, que dura otras seis semanas. Los neonatos son muy exigentes en cuanto a la alimentación que requieren y amamantar a una camada de perritos en crecimiento puede resultar extenuante para el animal.

Obesidad

Aunque la mayor parte de peso que gana una perra embarazada se explica por la carga que aporta la placenta y los cachorros, hay que estar atento de un posible anormal sobrepeso, que puede pasar desapercibido. Ten en cuenta que la obesidad puede causar problemas durante el embarazo y el parto.

Suplementos nutricionales y medicamentos

En cuanto a los suplementos nutricionales, vitaminas y minerales no suelen ser recomendables antes de la sexta semana de embarazo. Por otro lado, los medicamentos deben evitarse durante todo el embarazo.