Se podría escribir un interesante tratado sobre las flatulencias de las vacas aludiendo a aspectos tan inverosímiles ocmo su influencia en el cambio climático, su capacidad de contaminación, sus posibilidades de transformarse en el combustible del futuro o en el regalo perfecto para quienes añoran el olor a establo, pues incluso han llegado a enlatarlos con gran éxito de ventas…

Todos son hechos sorprendentes, pero quedan en nada al lado de su gran potencial… para provocar incendios. En efecto, los pedos de vaca son cualquier cosa menos ignífugos, valga la expresión. No sólo porque contienen metano, un gas altamente inflamable, sino por el resultado que se ha producido en una granja alemana.

A fuerza de producir metano en un establo con mala ventilación, se creó la atmósfera propicia para que una pequeña carga eléctrica hiciera saltar la chispa y, a consecuencia del incendio, también el techo del establo, ubicado en una granja ubicada en Rasdorf, en el centro del país.

Una mala ventilación

De acuerdo con el informe de la policía local, estar encerradas 90 vacas en un espacio falto de aireación ha hecho inflamar el metano por encontrarse en cantidades importantes, produciéndose “una descarga electrostática” que ha incendiado el techo. Tras la explosión, además de ocasionarse daños materiales, una pobre vaca sufrió quemaduras y tuvo que ser atendida.


¿Moraleja? Es necesaria una correcta ventilación para evitar explosiones que puedan derivar en algo peor de lo ocurrido y, en todo caso, no fumar ni encender un mechero o similares, por si las moscas vacas. O, si deseamos atajar el mal de raíz, preguntemos a cualquier vegano, que él nos explicará sin ningún género de dudas qué hacer para que no vuelvan a correrse riesgos de este tipo. Adivinar la solución es bien fácil…