Las 33 playas que forman la pequeña isla de Anguila son sin duda unas de las mejores de las costas de las Antillas Menores, en el Caribe.

Entre todas ellas, la bahía de Rendezvous (Rendezvous Bay) es a gusto de muchos la mejor playa de la zona, no porque no puedan encontrarse en la zona playas vírgenes y desérticas, sino porque en esta bahía se combinan a la perfección el entorno natural más puro con el ambiente familiar y acogedor que dan las gentes que habitan en el pueblo.

De hecho, nada más llegar a la isla verás como los nativos de la isla te saludan amigables y desinteresados, y es que, como tú harás en esos días de vacaciones, ellos buscan vivir en armonía. Y no nos extraña que puedan hacerlo, porque ciertamente resultaría casi imposible teniendo en cuenta el entorno con el que se encuentran cada día.

Las transparentes aguas del mar contrastan con la arena pálida y fina de la playa, que es salpicada aquí y allá por altas palmeras tropicales y rodeada por unos pocos edificios de un blanco intenso de un par de plantas, como mucho.

En la bahía de Rendezvous relajarse y desconectar del mundo será para ti más fácil que nunca, pues tumbarte en la cálida arena a escuchar la música reggae que llega de los pocos bares de la zona o darte un chapuzón en lo que parece una piscina natural son las únicas obligaciones que se te puedan imponer.

Si vas a estar unos días, no dejes de visitar otras playas e islotes cercanos deshabitados, lugares que sin duda te harán recordar el momento por el resto de tu vida; algunas de estas islas son Scrub, Dog y Sombrero.

La isla de Anguila es una antigua colonia británica, y quizá por ello se ha convertido hoy en día en un destino de lujo que muchísimos turistas extranjeros sueñan con visitar, a pesar de que la oferta turística no es demasiado amplia. De hecho, hoy en día alberga apenas algunas villas residenciales y pocos resorts, eso sí, de gran lujo.

Además, podrás disfrutar del increíble clima subtropical de la zona durante todo el año, con una temperatura promedio de 27º. Seguro que no te apetecería pasarte por allí en pleno enero, ¿verdad?