A pesar de lo que muchos creen, ni la raza ni el tamaño de un perro son determinantes en la peligrosidad de un can. Al menos, esto es lo que aseguran los investigadores de la Universidad de Bristol, en Reino Unido, que acaban de realizar un estudio sobre el comportamiento violento de cerca de 4.000 perros, entre ellos, canes de las llamadas “razas potencialmente peligrosas”.

El objetivo de los investigadores era encontrar los factores de riesgo que desencadena agresiones de perros contra humanos y entender si el tamaño o la fortaleza del can influyen por sí solos. ¿Quieres conocer los resultados? ¡Pues no te pierdas nada de lo que te comentamos a continuación!

Un comportamiento aprendido

Según el estudio, publicado en la revista científica “Animal Behavoir Science”, la agresividad del perro es un comportamiento aprendido, y no una característica del animal en cuestión. Así, los ataques de los canes se deben, sobre todo, a los castigos recibidos, como respuesta del maltrato y por el compartimiento poco amigable e, incluso, agresivo, de ciertos dueños.


Asimismo, según la misma investigación, las conductas agresivas no pueden explicarse solo por determinadas características físicas, como su raza.

Reducir la agresividad en perros

Teniendo en cuenta los resultados del estudio, para reducir el peligro de que el perro ladre o se abalance sobre un desconocido, son muy recomendables las clases de educación para cachorros. Además, es importante no cometer determinados errores a la hora de educar a un can, como utilizar el castigo físico, ya que el dolor despierta la agresividad del perro. También el miedo y el sentirse amenazado aumentan el riesgo de que un perro ataque.

Educación del dueño y del animal

Por último, recomendamos que la educación se dé en los dos sentidos, es decir, hacia el dueño y hacia el animal, para poder tratar a los perros con el cariño y el amor que se merecen.