Lamentablemente, hoy en día sigue habiendo muchas personas que deciden amputar determinadas partes del cuerpo a sus perros por razones estéticas o, simplemente, por comodidad. Sin embargo, hay que tener en cuenta que está práctica puede llegar a ser muy perjudicial para los animales.
Hoy  vamos a explicarte por qué no debes cortar las orejas ni la cola de los canes, esperando que, así, mucha gente decida evitar esta práctica.

Una experiencia traumática

El origen de las amputaciones de colas y orejas en perros se originó con la intención de eliminar los puntos vulnerables que podían atacar otros canes en peleas y combates ilegales, aunque más adelante se convirtió en una práctica con fines estéticos. En cualquier caso, la amputación es traumática para los perros, ya que se cortan nervios, cartílagos, vasos sanguíneos, la piel y otros tejidos; además de resultar doloroso si no se utiliza anestesia. Por otro lado, el post operatorio puede resultar súper incómodo para el animal. Además, toda operación supone riesgos.

Partes esenciales para el animal

También hay que tener en cuenta que tanto la cola como las orejas cumplen una función en la vida del perro. En cuanto a la primera, es la continuación de la columna vertebral y ayuda a mantener el equilibrio del can. Por otro lado, tanto la cola como las orejas sirven para que los perros se comuniquen con otros animales.

Otras amputaciones

Por si no les fuera suficiente con amputar la cola y las orejas, algunos dueños optan por cortar las cuerdas vocales del perro para evitar sus ladridos, lo que, lógicamente, afecta en su relación social. Aunque en España las mutilaciones no están legisladas de forma estatal (solo hay 7 comunidades que las prohíben), cada vez hay más veterinarios que se niegan a realizarlas si no es por fines médicos.