Si eres un amante de los animales y de la jardinería puede que en alguna ocasión te hayas encontrado con un problema bastante común: que tu perro haya orinado en tus plantas, un grave problema para tu jardín.
La orina del perro quema el césped, las plantas y los arbustos debido a su alto contenido en nitrógeno y sal. De hecho, cuando un perro orina es como si se vertiera una bolsa de fertilizante de nitrógeno puro en la zona y puede mata el follaje si está continuamente expuesto a la orina. Por suerte, hay varias cosas que puedes hacer para evitar que tu perro haga sus necesidades en tu jardín.

Cercas

Lo mejor que puedes hacer para que tu perro deje de orinar en tu jardín es colocar una valla que no le permita el paso, pero si no quieres rodear todas las plantas, una buena idea es buscar un lugar específico para que el perro haga sus necesidades. En este rincón puedes poner una reja o una cerca para que el perro orine y defeque sin necesidad de tocar tus plantas preferidas.

Trasplanta tus ejemplares a macetas

Si aún así el perro consigue llegar a tus plantas, lo mejor es que las trasplantes a macetas altas. De esta manera tu perro no podrá alcanzar la planta en caso de que orine. Por otro lado, las macetas más pequeñas pueden ir en una superficie lo suficientemente alta para que el perro no llegue. Otra solución es colocar piñas de pino, piedras ásperas y cactus alrededor de donde hayas sembrado.

Educar al perro

Por supuesto, la opción más recomendable es la de enseñar a tu mascota a que haga sus necesidades en un lugar específico. Para ello, deberás estar atento a tu mascota y, cuando veas que está a punto de orinar en un lugar equivocado, llevarla inmediatamente a un sitio donde pueda hacerlo con tranquilidad. Poco a poco tu perro se acostumbrará a que no puede orinar en tus plantas. Eso sí, es mejor educar al animal cuando es cachorro.