Encuentran una ballena muerta con 20 kilos de plástico en el estómago
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Por muy grandes que sean las ballenas, su organismo no puede acumular
una cantidad excesiva de plástico, al tiempo que tienen grandes
dificultades para digerirlo, algo que suele ocurrir con relativa
facilidad. Aún así, no es frecuente encontrar pruebas evidentes de la amenaza mortal que supone su ingesta, tal y como ha ocurrido con el hallazgo de una ballena muerta que guardaba 20 kilos de plástico en el estómago.
El animal pesaba 50 toneladas y medía 14 metros de largo, pero estas cifras no son nada fuera de lo común, en realidad. Lo impactante se encontró durante la autopsia que se le practicó, pues se encontraron en su organismo 59 objetos de plástico que pesaban alrededor de 20 kilos.
La ballena apareció sin vida en la costa holandesa de Heling, por lo que murió muy cerca del lugar que podría haberle causado la muerte. En concreto, la mayor parte del material encontrado en su interior era un plástico típico utilizado en los invernaderos de los Países Bajos para cultivar tomates.
La presencia de grandísimas cantidades de desechos plásticos en el océano es un serio problema para la fauna marina, especialmente para tortugas, pájaros y peces de todo tipo, incluyendo a los cetáceos. Como hemos apuntado, no sólo tienen grandes dificultades para digerirlos, sino que en muchas ocasiones no pueden hacerlo y mueren por oclusión intestinal.
Más allá del suceso, la aparición de la ballena no deja de ser un simbólico aviso de lo que estamos haciendo con el medio ambiente. Aunque ha sido el cetáceo el que ha muerto, el crimen ambiental en realidad es contra la integridad del planeta, es decir, contra cada uno de los seres vivos que lo habitan o habitarán en el futuro.
El animal pesaba 50 toneladas y medía 14 metros de largo, pero estas cifras no son nada fuera de lo común, en realidad. Lo impactante se encontró durante la autopsia que se le practicó, pues se encontraron en su organismo 59 objetos de plástico que pesaban alrededor de 20 kilos.
Plásticos de invernaderos
Así es, los desechos plásticos que acaban en el océano son un grave peligro para las ballenas. No en vano, hace menos de un año hubo un caso similar en las costas españolas, cuando se encontró una ballena muerta por la ingesta de plásticos procedentes de los invernaderos andaluces.La ballena apareció sin vida en la costa holandesa de Heling, por lo que murió muy cerca del lugar que podría haberle causado la muerte. En concreto, la mayor parte del material encontrado en su interior era un plástico típico utilizado en los invernaderos de los Países Bajos para cultivar tomates.
La presencia de grandísimas cantidades de desechos plásticos en el océano es un serio problema para la fauna marina, especialmente para tortugas, pájaros y peces de todo tipo, incluyendo a los cetáceos. Como hemos apuntado, no sólo tienen grandes dificultades para digerirlos, sino que en muchas ocasiones no pueden hacerlo y mueren por oclusión intestinal.
Más allá del suceso, la aparición de la ballena no deja de ser un simbólico aviso de lo que estamos haciendo con el medio ambiente. Aunque ha sido el cetáceo el que ha muerto, el crimen ambiental en realidad es contra la integridad del planeta, es decir, contra cada uno de los seres vivos que lo habitan o habitarán en el futuro.
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