Descubren 180 especies de peces biofluorescentes
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No todos los días se entera uno del descubrimiento de decenas de
especies de peces, a cual más llamativo. Iluminados en verde, rojo y
naranja neón, estas rayas, tiburones, anguilas y otros muchos peces biofluorescentes irradian colores que utilizan para aparearse, camuflarse y comunicarse.
Sus descubridores, unos investigadores del Museo Americano de Historia Natural, han estado trabajando con otras organizaciones científicas para elaborar un estudio sobre el descubrimiento, publicado esta semana en la revista PLOS ONE.
El primer pez biofluorescente del grupo se halló por casualidad, cuando el equipo encontró una anguila de color verde neón que pululaba en un arrecife de las Islas Caimán, donde estaban estudiando el ecosistema. Se le hizo una foto y, desde entonces, absolutamente fascinados, volvieron allí en distintas ocasiones para ahondar más al respecto.
También estuvieron, con igual éxito, en Bahamas, en el Caribe y en las Islas Salomón, en el Pacífico, con un balance increíble, de un total de 180 especies nuevas de estos peces iluminados, cuyo brillo se capturó gracias a la alta tecnología. Cada expedición realizada traía buenas noticias, una gran variedad de peces iluminados, entre otros tiburones, rayas y anguilas.
Como es sabido, la biofluorescencia ocurre cuando los peces absorben la luz y la transforman en otra tonalidad, un fenómeno documentado sobre todo en medusas, corales o en animales terrestres, si bien era un tema ignoto en relación a los peces. Ahora, la ciencia ha dado un paso adelante gracias a este estudio, el primero en examinar la amplia distribución de fluorescencia en los peces.
Sus descubridores, unos investigadores del Museo Americano de Historia Natural, han estado trabajando con otras organizaciones científicas para elaborar un estudio sobre el descubrimiento, publicado esta semana en la revista PLOS ONE.
El primer pez biofluorescente del grupo se halló por casualidad, cuando el equipo encontró una anguila de color verde neón que pululaba en un arrecife de las Islas Caimán, donde estaban estudiando el ecosistema. Se le hizo una foto y, desde entonces, absolutamente fascinados, volvieron allí en distintas ocasiones para ahondar más al respecto.
Invisible al ojo humano
Los resultados fueron sorprendentes. Pronto descubrieron que aquella anguila pertenecía a una de las muchas especies de peces biofluorescentes que vivían en hábitats similares, es decir, cerca de los arrecifes, unos hábitats con gran biodiversidad.También estuvieron, con igual éxito, en Bahamas, en el Caribe y en las Islas Salomón, en el Pacífico, con un balance increíble, de un total de 180 especies nuevas de estos peces iluminados, cuyo brillo se capturó gracias a la alta tecnología. Cada expedición realizada traía buenas noticias, una gran variedad de peces iluminados, entre otros tiburones, rayas y anguilas.
Como es sabido, la biofluorescencia ocurre cuando los peces absorben la luz y la transforman en otra tonalidad, un fenómeno documentado sobre todo en medusas, corales o en animales terrestres, si bien era un tema ignoto en relación a los peces. Ahora, la ciencia ha dado un paso adelante gracias a este estudio, el primero en examinar la amplia distribución de fluorescencia en los peces.
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