Shanghai: los niños en casa para protegerlos de la contaminación
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Las autoridades de Shanghai han aconsejado a los niños y a las personas mayores
que permanezcan en sus casas hasta que disminuya la contaminación de la
ciudad. El índice de calidad del aire alcanzó un nivel de 238 microgramos por metro cúbico de partículas contaminantes
(lo que significa que está muy contaminado) según datos locales. La
advertencia para permanecer en el interior de las casas se activa cuando
se superan los 200.
El índice subió hasta los 482 ppm el 6 de diciembre, un nivel considerado “grave”, la alerta más alta del sistema de calificación, que consta de seis niveles. El Gobierno se vio obligado a prohibir la circulación de los automóviles y a detener (o disminuir) la producción de las fábricas.
Es una contaminación que pone en peligro la salud de las personas. Pero no sólo eso. También están en peligro las inversiones extranjeras. Las empresas multinacionales no quieren estar en una ciudad que, aunque ofrezca una zona de libre comercio, puede resultar peligrosa para la salud.
Días después del récord, Shanghai seguía con 360 ppm, 14 veces más que el nivel de exposición diaria recomendada por la Organización Mundial de la Salud. No hay otra opción que reducir el consumo de carbón, cerrar las plantas de acero y controlar el número de coches.
¿Y qué hacen los ciudadanos? Algunos han optado por colocarse filtros de cigarrillos en la nariz. En este caso, hablamos de Pekín. Algunos días es más sano el aire de un bar donde se fume que el de la calle. Así que, como protesta o consejo (no se sabe muy bien), están apareciendo fotografías en la red social Weibo (el Twitter chino) con usuarios que se autorretratan con filtros de cigarrillos en la nariz.
El rumor se ha extendido a través de internet: se cree que colocando estos filtros en las fosas nasales se evita que entren las diminutas partículas PM 2,5, que dificultan la respiración y causan enfermedades respiratorias. Pero la solución no es ésa. La solución es no emitir contaminación.
El índice subió hasta los 482 ppm el 6 de diciembre, un nivel considerado “grave”, la alerta más alta del sistema de calificación, que consta de seis niveles. El Gobierno se vio obligado a prohibir la circulación de los automóviles y a detener (o disminuir) la producción de las fábricas.
Es una contaminación que pone en peligro la salud de las personas. Pero no sólo eso. También están en peligro las inversiones extranjeras. Las empresas multinacionales no quieren estar en una ciudad que, aunque ofrezca una zona de libre comercio, puede resultar peligrosa para la salud.
Días después del récord, Shanghai seguía con 360 ppm, 14 veces más que el nivel de exposición diaria recomendada por la Organización Mundial de la Salud. No hay otra opción que reducir el consumo de carbón, cerrar las plantas de acero y controlar el número de coches.
Filtros de cigarrillos en la nariz
¿Y qué hacen los ciudadanos? Algunos han optado por colocarse filtros de cigarrillos en la nariz. En este caso, hablamos de Pekín. Algunos días es más sano el aire de un bar donde se fume que el de la calle. Así que, como protesta o consejo (no se sabe muy bien), están apareciendo fotografías en la red social Weibo (el Twitter chino) con usuarios que se autorretratan con filtros de cigarrillos en la nariz.
El rumor se ha extendido a través de internet: se cree que colocando estos filtros en las fosas nasales se evita que entren las diminutas partículas PM 2,5, que dificultan la respiración y causan enfermedades respiratorias. Pero la solución no es ésa. La solución es no emitir contaminación.
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