Un tigre saluda a su niñera con lametones en la cara
13:34
Esta pareja es atípica y tremendamente atractiva.
Resulta difícil no mirarlos con sorpresa, cuando en realidad todo es muy
natural en ellos. Lo suyo es un sentimiento materno-filial,
aunque no comparten genes. Ni siquiera pertenecen a la misma especie,
pero ya se sabe, retando a lo previsible, su amor no entiende ni quiere
entender de estas nimiedades.
El pequeño de Abdullah Soholeh, que trabaja como cuidadora de felinos, ha cumplido los seis años, gasta unos buenos bigotes y sigue siendo tan afectuoso como siempre. Responde al nombre de Mulan Jamila, es un tigre de Bengala que vive en un refugio indonesio y recibe los cuidados a tiempo completo de Abdullah, un contacto que los ha convertido en inseparables.
El flechazo surgió desde que se conocieron, es decir, desde hace un largo tiempo, pues el cuidado se inició cuando el tigre era sólo un cachorro de 3 meses de edad y podía llevarlo en brazos. Actualmente, el felino pesa la friolerá de 178 kilos, mide tres metros de largo y un metro de altura. Su alimentación precisa de 6 kilógramos de gallina o de carne de cabra dos veces diarias.
Como puede verse en las imágenes, las barras metálicas instaladas para evitar un disgusto no impiden que se abracen, que jueguen y que se den besitos y besazos de lo más enternecedores. Sin duda, toda una lección de amor con mayúsculas.
El pequeño de Abdullah Soholeh, que trabaja como cuidadora de felinos, ha cumplido los seis años, gasta unos buenos bigotes y sigue siendo tan afectuoso como siempre. Responde al nombre de Mulan Jamila, es un tigre de Bengala que vive en un refugio indonesio y recibe los cuidados a tiempo completo de Abdullah, un contacto que los ha convertido en inseparables.
El flechazo surgió desde que se conocieron, es decir, desde hace un largo tiempo, pues el cuidado se inició cuando el tigre era sólo un cachorro de 3 meses de edad y podía llevarlo en brazos. Actualmente, el felino pesa la friolerá de 178 kilos, mide tres metros de largo y un metro de altura. Su alimentación precisa de 6 kilógramos de gallina o de carne de cabra dos veces diarias.
Duermen juntos, pero no revueltos
En ocasiones, Absullah, una joven indonesia de 33 años, prefiere dormir al lado de su gato grande, y se tumba directamente en el suelo. Eso sí, se toman las medidas de precaución adecuadas. Por razones de seguridad, les separan unos barrotes, aunque sólo con ver el tremendo lametón que le regala el felino cuando se saludan, uno teme que pudiera pasar cualquier cosa…Como puede verse en las imágenes, las barras metálicas instaladas para evitar un disgusto no impiden que se abracen, que jueguen y que se den besitos y besazos de lo más enternecedores. Sin duda, toda una lección de amor con mayúsculas.
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