Gadget que transforma cualquier botella de cristal en una lámpara
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El reciclaje siempre es más fácil con una ayudita, sobre todo si es
tan eficaz y práctica como ésta, un gadget que convierte una botella
vacía en una lámpara. Un curioso invento que, de un modo fácil e ingenioso, permite dar una segunda vida a casi cualquier botella de cristal.
Lo de vacía es un decir, en realidad, pues nada impide introducir en ella algún adorno compatible con su uso, que no le impida realizar su función pero, sea como fuere, lo importante, allí donde hemos de concentrar la atención es en esta ingeniosa luz LED similar al tapón de corcho de una típica botella de vino, concebida para callarles la boca a las botellas y dotarlas de una luminosidad tan bella como útil.
La carga no es solar, cosa que sería bien interesante. En esta ocasión, habremos de conformarnos con que la luz sea recargable a través del ordenador o de cualquier dispositivo móvil, convertidor o enchufe que tenga puerto USB.
El corcho incluido como método para encajarla en cualquier botella es un acierto pues amplía de forma importante el universo de botellas compatibles, aumentando a su vez las posibilidades de que podamos elegir una botella o botellas de nuestro gusto.
Bautizado como Bottle Light por su inventor, Steve Gates, el ingenio se diseñó con la intención de que pareciera un tapón de vino convencional, para así reforzar la idea del reciclaje o, mejor, de la reutilización de objetos en el ámbito cotidiano. De este modo, se ha logrado que se ajuste perfectamente a casi todas las botellas al tiempo que se facilita su encendido o apagado, que se activa o desactiva con un giro de la muñeca.
Tal y como sugiere Gates, lograremos distintos efectos dependiendo del color de la botella, así como del uso que le demos en interiores o exteriores, pues el gadget resiste el agua y el viento, y lo mismo cabe decir de la botella
Entre otros aspectos técnicos y crematísticos, el precio es de 15 dólares y se tarda alrededor de una hora en cargarlo para obtener más de dos horas y media de luz, que lógicamente ampliará su luminosidad si se aplica a varias botellas o, por ejemplo, si se coloca junto a algún espejo o paredes pintadas de blanco o colores claros.
Lo de vacía es un decir, en realidad, pues nada impide introducir en ella algún adorno compatible con su uso, que no le impida realizar su función pero, sea como fuere, lo importante, allí donde hemos de concentrar la atención es en esta ingeniosa luz LED similar al tapón de corcho de una típica botella de vino, concebida para callarles la boca a las botellas y dotarlas de una luminosidad tan bella como útil.
La carga no es solar, cosa que sería bien interesante. En esta ocasión, habremos de conformarnos con que la luz sea recargable a través del ordenador o de cualquier dispositivo móvil, convertidor o enchufe que tenga puerto USB.
El corcho incluido como método para encajarla en cualquier botella es un acierto pues amplía de forma importante el universo de botellas compatibles, aumentando a su vez las posibilidades de que podamos elegir una botella o botellas de nuestro gusto.
‘Bottle Light’
Como es fácil imaginar con semejante tipo de recarga, no podemos esperar una luz similar a las que beben de la red eléctrica, aunque la intención siempre fue crear una atmósfera íntima, de un suave resplandor. Eso sí, la luz tiene mucha más autonomía que aquellas y no exageramos si decimos que cabe en un bolsillo, por pequeño que éste sea.Bautizado como Bottle Light por su inventor, Steve Gates, el ingenio se diseñó con la intención de que pareciera un tapón de vino convencional, para así reforzar la idea del reciclaje o, mejor, de la reutilización de objetos en el ámbito cotidiano. De este modo, se ha logrado que se ajuste perfectamente a casi todas las botellas al tiempo que se facilita su encendido o apagado, que se activa o desactiva con un giro de la muñeca.
Tal y como sugiere Gates, lograremos distintos efectos dependiendo del color de la botella, así como del uso que le demos en interiores o exteriores, pues el gadget resiste el agua y el viento, y lo mismo cabe decir de la botella
Entre otros aspectos técnicos y crematísticos, el precio es de 15 dólares y se tarda alrededor de una hora en cargarlo para obtener más de dos horas y media de luz, que lógicamente ampliará su luminosidad si se aplica a varias botellas o, por ejemplo, si se coloca junto a algún espejo o paredes pintadas de blanco o colores claros.
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