La normativa que se refiere a las razas de perros peligrosos se ha endurecido muchísimo en los últimos años, pero lo cierto es que muchas personas compran o adoptan a uno de esos perros no están al tanto de todo lo que supone tenerlo. Si vas a tener como mascota a un perro de esta raza, conviene que tengas muy presentes las precauciones que debes tomar para no correr riesgos.

Aunque tu mascota sea un perro muy cariñoso que nunca te ha dado un problema, pertenecer a una raza considerada peligrosa puede hacer que en cualquier momento ataque tanto a una persona como a otro animal. Son perros instintivamente violentos de los que por desgracia no puedes llegar a fiarte 100%, pero lo cierto es que siguiendo unas cuantas pautas podrás estar con tranquilidad.

Razas peligrosas

Las razas peligrosas más conocidas que se emplean como mascotas son el staffordshire bull terrier, el pitbull terrier, el dogo argentino o el rotweiler. También hay otras menos conocidas, como el tosa inu, el fila brasileiro o el akita inu japonés. Son razas que en su momento fueron preparadas para luchar y pelear entre ellas, y a lo largo de varias generaciones su carácter se ha ido reforzando hasta convertirse en una parte más de ellos. Eso significa que, por mucho que lo eduques, siempre llevarán ese instinto en su interior.

Precauciones y obligaciones

La primera obligación y precaución que debes tomar es la de ponerle un bozal siempre que vaya a estar en un sitio público, incluso si lo vas a bajar al lado de casa a hacer sus necesidades o pasear. En sitios públicos deberá también estar siempre con una correa, la cual no puede ser extensible ni medir más de dos metros de longitud, así siempre podrás tenerlo controlado y a una distancia reducida.


La normativa también te obliga a tener la licencia administrativa y a registrar al perro para que las autoridades tengan constancia de en dónde vive y quién es su dueño. Esa licencia será como su DNI, y estás obligado a llevarla encima cada vez que salgas con él.