¿Cómo será la Tierra en el 2100?
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La interesante pregunta la lanzó la revista New Scientist.
Esta influyente publicación anglosajona quería saber cómo sería nuestro
entorno en 2100 y, ni corta ni perezosa, también ella la ha respondido.
En concreto, se han propuesto cuatro escenarios que nos dan una idea de
lo que podría pasar en función de las elecciones que hagamos en favor o en contra del planeta a lo largo de los próximos años.
Basándose en numerosos modelos climáticos, demográficos y energéticos, se ha contado con la opinión de un experto en la materia para crear esos posibles escenarios que nos ayuden a hacer algo de luz sobre la cuestión.
Llegar a final de siglo con este panorama tan esperanzador requeriría aplicar tecnologías que captasen el dióxido de carbono e impulsarse las energías renovables de forma importante como alternativa al uso del petroleo y demás combustibles fósiles. Que ello suceda depende de nosotros, pero visto lo visto, no deja de ser casi una utopía, “un sueño en estado puro”, según Christian Gollier, economista del Grupo de expertos intergubernamentales del clima (GIEC).
En el segundo escenario, la población alcanzaría los 8.500 millones y la concentracion de CO2 sería de 55O ppm, con una situación de amenaza climática a consecuencia de la falta de actuación, si bien las renovables y la nuclear serán predominantes. Se sufrirá un aumento de las temperaturas y la triste sensación de que deberíamos haber hecho más en el pasado para evitar lo que se nos vendrá encima.
Gollier considera que este escenario exigirá muchos sacrificios y cambios de formas de vida, pero no deja de ser una situación que hay que trabajarse para evitar otras peores. Llegar a ella exigiría un acuerdo internacional del clima antes del 2020.
El tercero es aún más grave, con mil millones de personas más sobre la faz de la Tierra y una concentración de CO2 de 650 ppm. Seguimos dependiendo de los combustibles fósiles y el consumismo continúa en su punto máximo, aumentando incluso a consecuencia del aumento exponencial de la población. Se intentará reaccionar a mediados de siglo ante el ya más que evidente riesgo que supone el cambio climático regulando las emisiones.
El experto opina que este es el escenario más probable, caracterizado por una “irresponsabilidad colectiva” que nos llevará a un círculo vicioso en el que se manifestarán con virulencia los efectos del cambio climático.
El cuarto es el peor de los escenarios posibles. Con una población de 12.500 millones y una concentración de CO2 rozando el millar de ppm, estaríamos en un entorno que sufre los efectos de un cambio climático que se agrava rápidamente (aumento de las temperaturas, deshielo y eventos extremos que irán de la sequía a las inundaciones), provocando migraciones humanas, pérdida de biodiersidad y un sinfín de desgracias. “Es donde nos dirigimos naturalmente si no actuamos”, concluye Gollier.
Basándose en numerosos modelos climáticos, demográficos y energéticos, se ha contado con la opinión de un experto en la materia para crear esos posibles escenarios que nos ayuden a hacer algo de luz sobre la cuestión.
Cuatro posibles escenarios
¿Cómo será ese futuro? Partamos primero del momento actual, con una población a nivel mundial de cerca de 7,1 mil millones y una concentración de CO2 que ronda los 400 partes por millón (ppm). En el primer escenario, el próximo siglo se inauguraría con una población de 9 mil millones y una concentración de CO2 similar, lo que significaría un gran logro a la hora de frenar el cambio climático.Llegar a final de siglo con este panorama tan esperanzador requeriría aplicar tecnologías que captasen el dióxido de carbono e impulsarse las energías renovables de forma importante como alternativa al uso del petroleo y demás combustibles fósiles. Que ello suceda depende de nosotros, pero visto lo visto, no deja de ser casi una utopía, “un sueño en estado puro”, según Christian Gollier, economista del Grupo de expertos intergubernamentales del clima (GIEC).
En el segundo escenario, la población alcanzaría los 8.500 millones y la concentracion de CO2 sería de 55O ppm, con una situación de amenaza climática a consecuencia de la falta de actuación, si bien las renovables y la nuclear serán predominantes. Se sufrirá un aumento de las temperaturas y la triste sensación de que deberíamos haber hecho más en el pasado para evitar lo que se nos vendrá encima.
Gollier considera que este escenario exigirá muchos sacrificios y cambios de formas de vida, pero no deja de ser una situación que hay que trabajarse para evitar otras peores. Llegar a ella exigiría un acuerdo internacional del clima antes del 2020.
El tercero es aún más grave, con mil millones de personas más sobre la faz de la Tierra y una concentración de CO2 de 650 ppm. Seguimos dependiendo de los combustibles fósiles y el consumismo continúa en su punto máximo, aumentando incluso a consecuencia del aumento exponencial de la población. Se intentará reaccionar a mediados de siglo ante el ya más que evidente riesgo que supone el cambio climático regulando las emisiones.
El experto opina que este es el escenario más probable, caracterizado por una “irresponsabilidad colectiva” que nos llevará a un círculo vicioso en el que se manifestarán con virulencia los efectos del cambio climático.
El cuarto es el peor de los escenarios posibles. Con una población de 12.500 millones y una concentración de CO2 rozando el millar de ppm, estaríamos en un entorno que sufre los efectos de un cambio climático que se agrava rápidamente (aumento de las temperaturas, deshielo y eventos extremos que irán de la sequía a las inundaciones), provocando migraciones humanas, pérdida de biodiersidad y un sinfín de desgracias. “Es donde nos dirigimos naturalmente si no actuamos”, concluye Gollier.
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