Granja de cerdos sin malos olores para cuidar el medio ambiente
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Los cerdos tienen más mala fama de sucios que mierda
encima, con perdón de la palabra. Si se refocilan en los charcos
pestilentes no es sino para refrescarse y suplir su incapacidad de
sudar. Pura supervivencia, en suma. Otra cosa es la suciedad connatural
a casi cualquier granja, provocada fundamentalmente por la
masificación, por un terrible hacinamiento de los animales en entornos de producción intensiva.
Hay, sin embargo, algunas excepciones marcadas por la nueva moda de instalar biodigestores para acabar con los malos olores y la suciedad al tiempo que se produce energía o simplemente se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero.
Una instalación porcina del estado de Morelos, México, la granja de Tlaquiltenango es un buen ejemplo pues acaba de ser noticia por instalar un biodigestor que le ha dado la vuelta a la granja como a un calcetín.
El impacto ecológico se nota a nivel ambiental tanto en los alrededores (hay menos moscas y desaparecieron las pestilencias) al tiempo que se crea un entorno más saludable para los trabajadores de la instalación.
El milagro lo ha obrado el biodigestor mencionado, un tanque en el que se almacenan los excrementos de los 17.000 animales, lo que evita la liberación a la atmósfera de más de 6.000 toneladas de metano cada año.
Recordemos que el metano es uno de los gases de efecto invernadero más contaminantes que existen, superando en mucho al CO2. Por ahora, en Tlaquiltenango queman ese metano para que no contamine, y en el futuro podría llegar a obtener energía del mismo.
Hay, sin embargo, algunas excepciones marcadas por la nueva moda de instalar biodigestores para acabar con los malos olores y la suciedad al tiempo que se produce energía o simplemente se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero.
Una instalación porcina del estado de Morelos, México, la granja de Tlaquiltenango es un buen ejemplo pues acaba de ser noticia por instalar un biodigestor que le ha dado la vuelta a la granja como a un calcetín.
Cerdos más limpios
Los cerdos tienen mejores condiciones de vida, se les ve limpios (no son tan sucios como creíamos, entonces), no están en contacto con los excrementos. En suma, viven en un entorno aseado, salubre y, en fin, se respira un aire que huele bastante menos a pocilga que antes… Aunque, eso sí, su triste condición de animales de granja sigue siendo la misma.El impacto ecológico se nota a nivel ambiental tanto en los alrededores (hay menos moscas y desaparecieron las pestilencias) al tiempo que se crea un entorno más saludable para los trabajadores de la instalación.
El milagro lo ha obrado el biodigestor mencionado, un tanque en el que se almacenan los excrementos de los 17.000 animales, lo que evita la liberación a la atmósfera de más de 6.000 toneladas de metano cada año.
Recordemos que el metano es uno de los gases de efecto invernadero más contaminantes que existen, superando en mucho al CO2. Por ahora, en Tlaquiltenango queman ese metano para que no contamine, y en el futuro podría llegar a obtener energía del mismo.
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