Beneficios de dormir en el campo
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Dormir en el campo, es decir, al aire libre, es todo un baño relajante y renovador
para el organismo, siempre y cuando, claro está, no suframos los
típicos contratiempos naturaleza como una invasión de hormigas o una
ofensiva nocturna de animales de hábitos nocturnos o crepusculares.
Fuera de bromas, dormir en un entorno natural, lejos de la civilización, nos ayuda a mejorar nuestro estado vital gracias que nos libramos de una serie de elementos perjudiciales típicos de los núcleos urbanos.
Sin ir más lejos, esa paz que sentimos, ese silencio sólo roto por el chirrido de los grillos es simplemente el maravilloso resultado de tener bien lejos poluciones varias, como la contaminación lumínica, atmosférica y acústica.
Según un estudio de la Universidad de Colorado publicado en la revista Current Biology, la vida moderna nos mantiene despiertos más tiempo del necesario, y lo mismo ocurre con la exposición a la luz artificial. Por contra, reducimos algo tan necesario como la exposición a la luz solar, con lo que acabamos por perjudicar nuestro descanso.
La acampada libre realizada por participantes del estudio se realizó prescindiendo de cualquier luz artificial, incluso la provenientes de dispositivos móviles o linternas, con el resultado de una sincronización de sus relojes internos. Una vez regulados, volvieron a sentirse alerta durante la mañana, así como a conciliar el sueño por la noche.
Si no podemos dormir en el campo, al menos, los autores del estudio recomiendan dar paseos por las mañanas, ir al encuentro del aire libre cada vez que podemos y apagar los aparatos electrónicos unas horas antes de ir a dormir. Otra sencilla recomendación es dormir con la cabeza en el Norte y los pies en el Sur, respetando el magnetismo del planeta, tal y como hacen de forma espontánea muchos animales.
Fuera de bromas, dormir en un entorno natural, lejos de la civilización, nos ayuda a mejorar nuestro estado vital gracias que nos libramos de una serie de elementos perjudiciales típicos de los núcleos urbanos.
Sin ir más lejos, esa paz que sentimos, ese silencio sólo roto por el chirrido de los grillos es simplemente el maravilloso resultado de tener bien lejos poluciones varias, como la contaminación lumínica, atmosférica y acústica.
Reloj interno
No es necesario explicar por qué nos sienta tan bien librarnos de la contaminación atmosférica, ya sea la exterior o la de nuestro propio hogar. Al mismo tiempo, pasar varios días de acampada libre nos ayudará a regular nuestro reloj interno, loquito de atar por culpa de la iluminación artificial.Según un estudio de la Universidad de Colorado publicado en la revista Current Biology, la vida moderna nos mantiene despiertos más tiempo del necesario, y lo mismo ocurre con la exposición a la luz artificial. Por contra, reducimos algo tan necesario como la exposición a la luz solar, con lo que acabamos por perjudicar nuestro descanso.
La acampada libre realizada por participantes del estudio se realizó prescindiendo de cualquier luz artificial, incluso la provenientes de dispositivos móviles o linternas, con el resultado de una sincronización de sus relojes internos. Una vez regulados, volvieron a sentirse alerta durante la mañana, así como a conciliar el sueño por la noche.
Si no podemos dormir en el campo, al menos, los autores del estudio recomiendan dar paseos por las mañanas, ir al encuentro del aire libre cada vez que podemos y apagar los aparatos electrónicos unas horas antes de ir a dormir. Otra sencilla recomendación es dormir con la cabeza en el Norte y los pies en el Sur, respetando el magnetismo del planeta, tal y como hacen de forma espontánea muchos animales.
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