Cómo colaborar con el medio ambiente
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Tener un comportamiento respetuoso con el medio ambiente requiere
seguir los archisabidos consejos de siempre, normalmente basados en las tres erres (reducir,
reciclar y reutilizar). Ello suele traducirse en no despilfarrar
energía, agua o alimentos en todas sus variantes. Es decir, enfocado a
cosas cotidianas atañe al consumismo, a un uso racional
de los recursos, a los desechos, al gasto de agua en el riego de las
plantas, en el lavado del coche, de la ropa, de la vajilla o, por
ejemplo, en el uso de la cisterna.
Sin embargo, más allá del día a día, hay ocasiones especiales en los que también se pueden tomar decisiones que hagan la diferencia, como cuando una va a adquirir un coche más o menos eficiente o sostenible, un electrodoméstico con un mínimo consumo o, por supuesto, si llega el momento de construirse o comprar una vivienda, de casarse, de celebrar las Navidades, los cumpleaños y demás.
Otras maneras de ser cómplices con el cuidado del entorno pueden tener que ver con la educación de los niños (despertando en ellos sensibilidad hacia el entorno), con la demostración o expresión de nuestros valores verdes ante amigos, familiares o en el trabajo. Siempre habrá un sinfín de formas para poner en práctica nuestro sentir eco-friendly.
Son prácticamente infinitas las maneras de poder poner nuestro granito de arena para inyectar vida al entorno. Como ejemplos más obvios, pero no por ello menos importantes, pueden citarse numerosas acciones como plantar árboles, colaborar con organizaciones conservacionistas o intentar atraer la biodiversidad a nuestro jardín evitando usar insecticidas químicos y plantando especies adecuadas.
De este modo, atraeremos a insectos, entre ellos a los valiosos polinizadores como las abejas o las mariposas, otra manera de crear ecosistemas naturales, al igual que ocurrirá si ponemos comida a los pájaros en invierno y les proporcionamos algún nido artificial en el que poder resguardarse del frío.
Sin embargo, más allá del día a día, hay ocasiones especiales en los que también se pueden tomar decisiones que hagan la diferencia, como cuando una va a adquirir un coche más o menos eficiente o sostenible, un electrodoméstico con un mínimo consumo o, por supuesto, si llega el momento de construirse o comprar una vivienda, de casarse, de celebrar las Navidades, los cumpleaños y demás.
Otras maneras de ser cómplices con el cuidado del entorno pueden tener que ver con la educación de los niños (despertando en ellos sensibilidad hacia el entorno), con la demostración o expresión de nuestros valores verdes ante amigos, familiares o en el trabajo. Siempre habrá un sinfín de formas para poner en práctica nuestro sentir eco-friendly.
Mejorar el entorno
Demostrar un comportamiento respetuoso con el medio ambiente es un modo de actuar, no cabe duda. Pero también es cierto que en muchas ocasiones nuestros esfuerzos sólamente sirven para no aumentar la polución, pero no para mejorar el medio ambiente de forma positiva. En este sentido, la colaboración que suma, frente a la que no resta, consiste en lograr mejoras concretas.Son prácticamente infinitas las maneras de poder poner nuestro granito de arena para inyectar vida al entorno. Como ejemplos más obvios, pero no por ello menos importantes, pueden citarse numerosas acciones como plantar árboles, colaborar con organizaciones conservacionistas o intentar atraer la biodiversidad a nuestro jardín evitando usar insecticidas químicos y plantando especies adecuadas.
De este modo, atraeremos a insectos, entre ellos a los valiosos polinizadores como las abejas o las mariposas, otra manera de crear ecosistemas naturales, al igual que ocurrirá si ponemos comida a los pájaros en invierno y les proporcionamos algún nido artificial en el que poder resguardarse del frío.
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