Indígenas hondureños recuperan un millón de hectáreas de selva
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Cinco grupos indígenas misquitos recibirán un título de propiedad colectiva sobre su tierra, lo que les permite controlar cerca de un millón de hectáreas de la selva hondureña ubicada a lo largo de la costa del país.
La concesión se suma a otros dos títulos recibidos recientemente y llega como agua de mayo, pues refuerza su presencia al tiempo que les ayudará a defenderse de narcotraficantes y a detener el avance de plantaciones de palmeras oleginosas, las dos grandes amenazas de las áreas que todavía quedan vírgenes.
Gobierno de Honduras les ha entregado este tercer título que les fue concedido en tiempos coloniales. De aquello han pasado 150 años, cuando Inglaterra les otorgó unos derechos que sólo ahora han podido recuperar, tras años de protestas e incluso de muertes por la defensa de sus bosques frente a la explotación de los recursos naturales.
En los últimos 40 años la cosa se ha puesto fea para ellos -unos 200.000 indígenas- y para la pervivencia misma de la selva, que ocupa el 7 por ciento del territorio hondureño- por el avance de los latifundios de las multinacionales productoras de aceite de palmera.
También han sufrido presiones continuas por parte de ganaderos y especuladores del suelo que aceleraban la deforestación a un ritmo alarmante. Ahora, sin embargo, no sólo serán más fuertes contra estos problemas, sino que además podrán negociar tratados con las Naciones Unidas para conseguir un desarrollo sostenible que no traicione su identidad como pueblo.
La concesión se suma a otros dos títulos recibidos recientemente y llega como agua de mayo, pues refuerza su presencia al tiempo que les ayudará a defenderse de narcotraficantes y a detener el avance de plantaciones de palmeras oleginosas, las dos grandes amenazas de las áreas que todavía quedan vírgenes.
Gobierno de Honduras les ha entregado este tercer título que les fue concedido en tiempos coloniales. De aquello han pasado 150 años, cuando Inglaterra les otorgó unos derechos que sólo ahora han podido recuperar, tras años de protestas e incluso de muertes por la defensa de sus bosques frente a la explotación de los recursos naturales.
Proteger la selva
La región estuvo bajo el mando inglés durante 200 años, hasta que finalmente cedieron los derechos a la nueva República de Honduras, según estipula el Tratado de Cruz-Wycke (1859), cuya concesión culmina ahora, tras la obtención de otros dos títulos en agosto del 2012 y mayo del 2013.En los últimos 40 años la cosa se ha puesto fea para ellos -unos 200.000 indígenas- y para la pervivencia misma de la selva, que ocupa el 7 por ciento del territorio hondureño- por el avance de los latifundios de las multinacionales productoras de aceite de palmera.
También han sufrido presiones continuas por parte de ganaderos y especuladores del suelo que aceleraban la deforestación a un ritmo alarmante. Ahora, sin embargo, no sólo serán más fuertes contra estos problemas, sino que además podrán negociar tratados con las Naciones Unidas para conseguir un desarrollo sostenible que no traicione su identidad como pueblo.
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