Obtener plástico a partir del metano
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Neutralizar o absorber un gas de efecto invernadero
es todo un logro a nivel ambiental, ya sea mediante tecnologías o
aprovechando sumideros naturales. Pero si, además, se consigue una
transformación que lo anula, el logro es ya de órdago, y eso es
justamente lo que acaba de conseguir un ingenioso invento capaz de convertirlo en plástico para darle usos prácticos.
El gas es el metano, una de las sutancias más polucionantes emitidas por el ser humano, responsable de buena parte de la contaminación atmosférica y del calentamiento global, que ahora puede convertirse en objetos de plástico como sillas, carcasas de dispositivos móviles, pongamos por caso.
Mark Herrema y Kenton Kimmel, científicos estadounidenses, lo han hecho posible. Especialistas en química y en biomedicina, respectivamente, han dedicado largos e intensos años a la investigación que ha concluido con este prometedor resultado, pues además de eficaz es económicamente viable. Sin embargo, todavía se trabaja a tan pequeña escala que no puede hablarse de una contribución significativa en la limpieza atmosférica.
Pero no todo son ventajas, pues el proceso de fabricación también emite carbono a la atmósfera, si bien el balance es negativo, lo que significa que emiten menos del que eliminan. Destripando el invento, su gran mérito ha sido descifrar el código del metano mediante un innovador biocatalizador en el que se introduce el metano capturado para convertirlo en AirCarbon, un plástico parecido al polipropileno, así bautizado por Newlight Technologies, la empresa fundada para tal propósito.
En suma, la tremenda potencia del biocatalizador elimina el carbono a partir de un gas licuado para luego componer una molécula de plástico, con lo que se logra el objetivo sólo a medias, pues a partir de él se han de fabricar objetos, por lo que su obtención simplemente es la obtención de una materia prima.
El gas es el metano, una de las sutancias más polucionantes emitidas por el ser humano, responsable de buena parte de la contaminación atmosférica y del calentamiento global, que ahora puede convertirse en objetos de plástico como sillas, carcasas de dispositivos móviles, pongamos por caso.
Mark Herrema y Kenton Kimmel, científicos estadounidenses, lo han hecho posible. Especialistas en química y en biomedicina, respectivamente, han dedicado largos e intensos años a la investigación que ha concluido con este prometedor resultado, pues además de eficaz es económicamente viable. Sin embargo, todavía se trabaja a tan pequeña escala que no puede hablarse de una contribución significativa en la limpieza atmosférica.
Sillas de metano
Hasta la fecha, se ha probado con éxito atrapando el metano emitido por las granjas de productos lácteos, por aquello de tenerlo más fácil, pues las vacas son grandes contaminadoras de este gas. En concreto, los gases de estos simpáticos animales se convertirán durante este año en unas modernas sillas.Pero no todo son ventajas, pues el proceso de fabricación también emite carbono a la atmósfera, si bien el balance es negativo, lo que significa que emiten menos del que eliminan. Destripando el invento, su gran mérito ha sido descifrar el código del metano mediante un innovador biocatalizador en el que se introduce el metano capturado para convertirlo en AirCarbon, un plástico parecido al polipropileno, así bautizado por Newlight Technologies, la empresa fundada para tal propósito.
En suma, la tremenda potencia del biocatalizador elimina el carbono a partir de un gas licuado para luego componer una molécula de plástico, con lo que se logra el objetivo sólo a medias, pues a partir de él se han de fabricar objetos, por lo que su obtención simplemente es la obtención de una materia prima.
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